10/02/2006

Y... MADRID.


Llego a Madrid a eso de las tres de la tarde. Sol otoñal reconfortante. Desde el asiento trasero de un taxi miro al cielo, como si fuera una manera de continuar volando, de escapar. El cielo de ayer en Madrid era el de los dias espectaculares. Es uno de esos cielos que muchas, demasiadas veces, los madrileños nos perdemos porque estamos mirando al suelo cabizbajos, o peor aún, mirandonos el ombligo durante demasiado tiempo. Durante un rato me parece que todo esta al reves, el mundo boca abajo y que todavía estoy sobrevolando el mar. Las nubes diluidas y estiradas por el viento sobre un intenso fondo azul, son para mi un tempestuoso océano. Me recreo en la espumosa superficie de una marea azotada por vientos borracosos hasta que los primeros edificios de la avenida de America, me bajan a tierra. Poco despues el taxista me pregunta que si por la M-30 y caigo en la cuenta de que en la radio calientan ya el inevitable "Madrí-Aleti". Esto va a ser real. Estoy en Madrid. Pero Madrid ofrece a esas horas un aspecto relajado, brillante. Casi no hay trafico y observo que algunos de los costurones que quedaban abiertos cuando me fui, han cicatrizado ya. La M-30 en el Puente de Vallecas, esta menos sinuosa, incluso. Esto mejora. De todas formas, no me creo todavia que esto sea Madrid. Es Domingo, eso es lo que pasa. Parece que mi querida ciudad insoportable me ha preparado una toma de tierra suave. Bueno, pues me siento bienvenido a casa. Gracias.

HANOI - AMSTERDAM

Pasear por las riberas de los canales de Amsterdam cuando se llega a la capital holandesa procedente de Hanoi es un contraste muy fuerte. En este caso, con saldo favorable. Muy favorable. Amsterdam resulta ser un bálsamo especialmente agradecido y silencioso para el espiritu alterado del viajero sometido y acostumbrado ya a la crispacion disparatada del trafico de ciudades asiaticas como Saigon o Hanoi. No le he prestado quiza demasiada atencion a la capital vietnamita y es que el paso por sus calles atiborradas de motoristas enloquecidos me ha pillado ya cansado. Cansado, sobre todo de contaminacion acustica, del ruido. En Hanoi, en Saigon, en cualquier ciudad vietnamita es imposible dormir mas alla de las seis y media de la mañana y no es por el calor, no es porque a esas horas haya amanecido de manera sobrada. Es imposible dormir por culpa de la sinfonia de claxon que a esa hora mantiene ritmo mas que sobrado de "andante con moto". Y subiendo a medida que entra el dia.
Mientras eso ocurre en el sudeste asiatico, donde la supervivencia exige un cierto nivel de aislamiento mental, de distanciamiento, en pleno corazon de la vibrante Europa, la solitaria campanada del tranvia supone casi un sobresalto. Por las calles del Amsterdam con mas solera, se puede pasear silenciosamente en pleno mediodia de un dia laborable y yo casi no me lo puedo creer. Lo paladeo. Que intuicion la mia, venir aqui a terminar el viaje.
Los sentidos se van recuperando poco a poco, pero las mas de treinta horas de aeropuertos y aviones que me ha costado llegar hasta aqui, con una escala inesperada en Paris y nuevos escarceos entre controles de seguridad e interminables (aunque suene contradictorio) terminales, para reencontrar el camino hacia la capital holandesa, empiezan a pasar factura a primera hora de la tarde. El cansancio me supera y termino por irme a dormir pronto. Demasiado pronto. Duermo mas de doce horas.
En los dos dias posteriores, si me puedo permitir disfrutar de los canales, las calles, la ciudad balsamica y silenciosa que es Amsterdam. Disfruto de la belleza de las estrechas fachadas de casas del siglo XVI o del XVII, de viejos almacenes reconvertidos hace muchos años en viviendas de aire romantico y sofisticado. Disfruto de las flores en jardienras sobre las barandillas de los canales, y de las del interior de muchas de esas casas que se ofrecen sin inhibiciones ni cortinas al viandante. Disfruto de una ciudad puntera en Europa que se mueve masivamente en bicicleta y tranvia. El silencio se me hace espectacularmente obvio, quiza por deseado. En el fondo de mi memoria rechinan todavia los insaciables pitadores asiaticos, pero se alejan ya. Nada que temer. Y disfruto, además, de la belleza de mujeres espectaculares que surgen por doquier, como si manaran de alguna fuente secreta que, desde luego, pienso empeñarme en encontrar. Esta ciudad lo tiene todo, parece ser.
El fin de semana atrae a mucho turista hasta la capital holandesa. Los borrachos ingleses predominan por la zona freak del "Red Light Distric", con sus "Coffee Shops" y sus putas de escaparate. Todo el mundo echa una morbosa visita, parece obligado, pero esos britanicos de aire hooligan y por supuesto, de genero masculino, parece que se quedan a vivir alli. Amsterdam puede con todo. Su lado liberal tambien permite lo prohibido, forma parte de su leyenda. Sexo, droga y rock and roll. Sin problema. El que quiere consume y el que no, pasa. Y pasar, realmente, no pasa nada. Creo que hasta esos britanicos, teniendo lo que quieren, no se preocupan por montar broncas. Pero parece que los turistas de otras procedencias y estilos, se desperdigan mas por la ciudad. En un puente sobre un canal oigo hablar español a mis espaldas, a una pareja que pasa pedaleando sobre un tandem. El chico dice: "Pues oye, de las ciudades que he visitado esta es la que mas me gusta. Creo que me quedaria a vivir aqui..."

Yo tambien firmaria.

9/26/2006

VIETNAM (y VII) Sapa.

Las tierras del norte vienamita, junto a la frontera china, ofrecen paisajes de gran belleza, aunque decir eso de este pais, resulte tan aburrido como ver su television. Pero, eso si, cada paisaje de los que intento definir con estos calificativos tiene personalidad propia. Entre montanhas que alcanzan los tres mil metros de altura en sus picachos, Sapa se ha convertdio en la capital tursitica por excelencia. Es mas grande de lo que todos imaginamos, prueba de que el turismo es ya un negocio mas que boyante en este pais. La propia presencia de quienes visitamos Vietnam ha desvirtuado la autenticidad de lo que ocurre a nuestro alrededor, pero no puede disminuir su belleza.
Las inmensas montanhas que mas alla se transforman en frontera, estan adapatadas desde mucho tiempo atras a los trabajos de labranza, al cultivo del todopoderoso arroz. Desde la mitad, aproximadamente, de sus alturas las terrazas se escalonan hasta la falda, hasta el mismisimo cauce de los rios junto a los que se oragniza la vida en poblados, yo diria que primitivos. Los hombres y los bufalos de agua se despedigan por la montanha para plantar o recolectar el arroz. El espectaculo de las montanhas escalonadas y los diferentes tonos de los arrozales, verde, amarillo, rojizo, hacen el resto. La vista se encanta y la mente se bloquea. Solo los sentidos tienen derechos ante el espctaculo. La paz que el paisaje transmite se rompe al paso de los campesinos locales, que visten llamativas vstimentas, diferentes segun la etnia de origen. Hasta cinco diferentes grupos, que los domingos se dan cita en un multitudinario mercado donde se compra, se vende y se exhibe de todo.
El unico pero es que toda esta vida antanho apacible, parece haber fementao en torno a la presencia del turista y ya es nuestra propia llegada la que lo transforma todo en un espectaculo comercial. Me surge la duda sobre si los ninhos estan escolarizados, aunque he visto escuelas rurales de un precario que mueven a la ternura. No me creo que ninguna de las prendas y objetos decorativos que se nos venden como artesanos lo sean. Y llega un momento en que no se puede dar un paso sin que una mujer con traje tipico de alguna etnia te persiga hasta tus ultimos pasos para venderte algo, mientras sus conciudadanas se tapan la cara o la giran al asomar el objetivo de una camara de fotos, como si sus rostros fueran joyas espirituales de otra epoca que el fotografo pudise robar.
A pesar de todo, desplazarse hasta alli, merece la pena. El viaje es largo y la comercialidad turistica se ha impuesto claramente, pero todavia merece la pena verlo.
Sapa, con sus dos viajes mas en tren, pone casi el cierre a mi visita a Vietnam. Vuelo ya hacia Europa. Huele a vuelta a casa, aunque aun con escala.

9/22/2006

VIETNAM (VII) Halong

La Bahia de Halong es el lugar mas destacable de Vietnam, definitivamente. Para mi, al menos, y a juzgar por la procesion de turistas que se dirije hacia alli cada dia, yo diria que para muchos mas. Casi dos mil islotes que surgen del agua como picachos algunos, como autenticas islas otros, siempre cubiertos de frondosa vegetacion tropical, en un ambiente brumoso y cargado, bajo cuyo amaparo se conforma una red de recorridos imposibles que esconden infinitos lugares para dar cobijo a un par de barcos o a una flota entera. El paseo en barco a traves de un paraje tan insolito como atractivo es algo que recomiendo sin dudar. Si ademas se incluye un tiempecito de relax para banharse o recorrer en canoa sus aguas, tan calidas como saladas, mucho mejor.

El caso es que la inquietante tranquilidad de esas aguas, su ambiente espeso y quiza la impactante vista, favorecen que se cree un tipo de relacion diferente, mas comunicativa, mas abierta. Asi que pasar una noche sobre las aguas aparentemente muertas de Halong brinda la oportunidad de disfrutar de un encuentro multinacional a la unica luz de UNA vela sujeta en la cajetilla de un paquete de tabaco. Parloteo inacabable para terminar haciendo que esta pequenha asamblea paralela de buena voluntad de Naciones Unidas, se acueste con horario espanhol mas alla de las once de la noche. Y sin conclusiones, como la de los mayores. El unico resultado positivo, es que ahora os dejo, porque tengo que celebrar la entrada del Anho Nuevo judio, que tiene lugar esta noche y estoy invitado por algunos amigos de aquella noche encantadora. La cosa me viene bien, porque la vuelta a casa despues de dos meses largos va a parecer casi la entrada en un nuevo anho, asi que mejor llevarlo celebrado. Feliz Anho Nuevo!!!

9/19/2006

VIETNAM (VI). Expreso de la Reunificacion.

Tras dar un repaso, algo rapido pero efectivo (ya me voy saturando un poquito de pagodas, que quereis que os diga) a las dos ciudades mas historicas de Vietnam, Hoi-An y Hue, puro y bello reflejo de la vinculacion historica de este pais a la cultura china y tras visitar inolvidables barrios, casas, monumentos, cultura, madera y piedra con mas de doscientos anhos de antiguedad, me dirijo al norte, a Hanoi, en tren. El Expreso de la Reunificacion es casi una obra de artesania reconstruido con verdadero empenho nacional por el estado comunista, despues de la multidestruccion ocasionada por los bombardeos americanos en la linea que recorre el pais de sur norte(o viceversa) como un costuron. En el recorrido total y continuado de los casi 1500 Km que separan la capital de Saigon, los trenes emplean entre treinta y seis y cuarenta y cinco horas, dependiendo de que sean trenes rapidos o lentos. La diferencia viene a ser el numero de estaciones en las que paran. Para mi, los aproximadamente seiscientos que hago desde Hue a Hanoi se convertiran en trece horas. Conseguir litera en departamento con aire acondicionado para la noche es complicado, asi que al final hago el trayecto de dia, lo que me permite disfrutar de la belleza del paisaje vietnamita y comprobar cuanta suciedad puede llegar a acumularse en un cristal. Y es mucha en los dos casos, desde luego que si.

Los trenes vietnamitas retrotraen a otra epoca. Son una extranha mezcla de los viejos expresos nuestros de toda la vida, aunque aqui ya casi nadie viaja en vagones sin aire aocndicionado, aunque se mantienen las diferencias entre asientos duros y blandos, literas duras o blandas y asientos blandos con o sin aire. Estos ultimos viajan vacios.Los trenes vietnamitas estan pintados con los tres colores de la bandera francesa de manera longitudinal, viejo vestigio de la vieja colonizacion que sobrevive junto a otros como la arquitectura, el yogourt y las baguettes. La via no permite grandes velocidades aunque el trazado no deja de ser generoso. Tambien lo es y mucho mas para la vista, desde luego, el paisaje. Vietnam es una tierra alfombrada en verde en la que las montanhas surgen de manera imprevista y abrupta aunque no toman mucha altura, lo que le permite al tren mantener cierto ritmillo. Eso si, a poco que mires de cerca, la supuesta alfombra, ese tapiz, se convierte en una madeja insondable de vegetacion salvaje, exhuberante, espesa.

Donde no es la naturaleza salvaje la que expresa sus capacidades artisticas, los campos de labranza se suceden en continuidad. Los separan sus propios cambios de tonalidad y los canales de riego y algunos estrechos caminos. Sobre su superficie se salpican como motas doradas los sombreros conicos de los campesinos, agachados junto al ganado con el que se trabajan esos mismos campos y las tumbas de sus antepasados, yacentes en los propios campos de labranza. Uno de aquellos bueyes acabara por tener mal final hoy, al llegar con su aventura hasta las vias del tren, a mitad de nuestro recorrido. Es una parada imprevista de las siete u ocho que realizamos.

Viajo con dos mujeres de mediana edad, vietnamitas que no hablan nada que no sea el idioma propio. Una de ellas, la mas joven, se pasa casi todo el viaje durmiendo. La otra va y viene, con las revisoras. Hay un encargado por vagon. Solo conversamos cuando sirven la comida a bordo, que a mi no me apetece comer. Me preguntan si no voy a comer nada y les cuento que llevo bocadillos. Mas que contarselo, se los ensenho y entonces se quedan mas tranquilas. Frecuentemente pasan las revisoras y se ponen de charla con ellas. Se muestran catalogos de maletas y otros articulos y no paran de rajar. Supongo que mis vecinas son representantes de comercio y que todo lo de los catalogos debe ser interesantimo.

La luz del atardecer proporciona imagenes de gran belleza con los campos a contraluz y el sol recortado por grupos de palmeras solitarias y reflejado en el agua de los arrozales encharcados. Cae la noche y el tren parece desatarse, como si la oscuridad le diera permiso para transgredir cualquier norma ferroviaria. Ahora yo mezclo de manera intencionada a Lolita, que se fuga ya de las manos-garras de Humbert, con "In my secret life", de un Leonard Cohen y la mezcla me suena melancolica y poderosa a mas no poder. Al final me duermo y llego a Hanoi como un tronko. Me despierta la revisora, que no se si le habra comprado medio catalogo a mis companheras de viaje. Se bajaron por el camino, en Vihn, creo y yo me borre de lo real inmediatamente despues. Al llegar a nuestro destino, me pego a un matrimonio australiano que conozco desde el dia anterior en Hue y acabamos compartiendo taxi para el mismo hotel. Me caigo de suenho. Estoy en Hanoi, capital de Vietnam. Me quedan, creo las dos mas sabrosas excursiones del recorrido y la verdadera capital, la cabeza del dragon.

9/15/2006

VIETNAM (V) La costa.

Es noche cerrada y mis oidos los llena plenamente, los invade la musica de Leonard Cohen. Poesia cantada en ingles de la que han bebido y beben Sabina muchos otros con firma reconocida. Sabios deleitadores de tragos con poso lucido y amargo. Sobre su voz viril, no se porque, voy poniendo el rostro imaginado, imaginario de Humbert Humbert, el afligido y a la vez delicado pederasta en el que Nabokov se encarna para desarrollar la novela que le dio fama: Lolita. La estoy leyendo en estos dias. Cuando viajo me gusta llevarme algun libro que no tenga nada que ver con el viaje y alguna musica que tampoco se pueda reconocer a si misma en el paisaje. Luego me arrepiento durante los dias en que tengo que acarrear el peso mortal de mi equipaje, pero me vuelvo a alegrar cuando las paginas escritas por sabios me deleitan y me pierdo en ellas para desconectar de las pesadeces del dia a dia viajero. Si ademas, en una extranha y lluviosa noche, ocurre que por arte de magia musica y literatura se unen con mi animo de manera imprevista y creativa, miel sobre hojuelas. Yo me dejo llevar. El cansancio acabara venciendome y me ire al fondo a pesar de la postura, de las posturas, de la busqueda de una postura. A pesar de lo desapacible de la situacion. El traqueteo resulta desde el principio insoportable, la luz es muy baja, desde luego que no se puede leer. Solo pensar, divagar y tratar de dormir. Pero no me quiero dormir, no me apetece. El cuerpo se hace a todo y si la mente divaga fantasiosa y confusa, inventando, mezclando las historias que cuentan Cohen y Nabokov, uno en ingles poetico y a veces inescrutable para mi, el otro derrochando sensibilidad de monstruo atormentado, al cuerpo no le queda mas remedio que ceder. Y al final cede, claro. Mi cuero no reacciona ya ni en las paradas. El bus que me lleva de Nha Trang a Hoi-An me ha pillado por sorpresa, ya que nadie me habia contado que ese tramo del viaje solo se hacia por la noche. No se la razon, pero el resultado es un carreterazo nocturno de doce horas. Ni mas ni menos. Este bus para, aproximadamente cuando la gente se lo pide, parece. A pesar de que tiene una parada fijada, hace un par de ellas imprevistas porque hay gente a bordo que se desborda. Asi que cuando para, se baja medio pasaje y se forma una fila de meones justo entre el coche y la cuneta, que no es cosa de ponerse a dar tumbos por ahi con la vejiga llena en noche negra de pais tropical. Veo la escena desde mi duermevela inapetente y me rio por dentro. Hacia fuera no me apetece mover ni un musculo, no vaya a ser que me despierte. Leonard Cohen se callo hace largo rato, harto de que no le escuchara, seguramente, y Humbert andara persiguiendo a su Lolita a saber por que campos de centeno de Massachusets. Sigo llendo y viniendo del limbo a la oscuridad hasta que se empieza a hacer de dia mientras vamos corriendo y rebotando entre arrozales verdes que ya asoman entre brumas. Seguramente han estado ahi toda la noche recibiendo una buena racion de lluvia intensa. El parabrisas del autobus lo indica claramente. Llegamos a Hoi-An a las seis y media de la manhana. Habiamos salido a las siete de la tarde de Nha Trang. Atras se quedan un par de jornadas de buceo en una zona coral de baja profundidad, muy bonito pero con poca vida. La bahia de Nha Trang, estupenda. La verdad es que todavia le quedan anhos para parecerse a las burradas que se ven en Espanha, afortunadamente. Por delante, otra costa que quiza sea la ultima en la que me banhe en Vietnam. Y una ciudad que atesora la fusion de cuatro culturas, china, japonesa, francesa y vietnamita en los muros de sus magicas paredes. Me tumbo un rato en una habitacion magnifica de un hotel de estilo colonial y... a por ellos.

9/12/2006

VIETNAM (IV). De Sur a Norte.

Recorro Vietnam tras la vuelta de Camboya. Primera escala: Dalat. Villa francesa o suiza de montanha, con su lago artificial y todo, situada en las montanhas del interior central, a 1500 mts de altura. Muy bonita por un lado, donde se extienden infinidad de villas de estilo frances. Durante la epoca colonial los franceses eligieron este lugar privilegiado por su clima fresco para rememorar lo de casa y escapar de los calores insoportables de la costa. La ciudad ha crecido hacia el resto de las direcciones y se ha convertido en un apreciado centro vacacional vietnamita. Mucho mas grande lo que me imaginaba. Los paseos y vistas por los alrededores son bastante espectaculares, pero como que no me ha acabado de llenar. Probablemente, si se viene a practicar deportes de montanha tenga mas interes. No es mi caso, asi que me largo. Lo mejor han sido los paisajes durante los viajes de subida y bajada.

Nha Trang. En la costa. La playa privilegiada de Vietnam. Otro potente centro vacacional vietnamita, tanto para locales como para extranjeros, que ya esta bastante avanzado en el camino de convertirse en un Benidorm. Parece que lo mejor es recorrer las islas de la bahia y bucear. Ya veremos. Acabo de llegar. Eso si, la playa es espectacular. Arena blanca finisima, cocoteros y una bahia preciosa. (Se que esto jode, lo se. En Espanha, en Septiembre, esto jode. Que se le va a hacer. Animo)

9/07/2006

CAMBORIA

Camboria. Lo escribo como lo pronuncia aqui la manada turistico-viajera que, en general es angloparlante, o se lo hace por pura cuestion de supervivencia.

Camboria es un pais verde y plano que ofrece un paisaje diferente a lo que he visto hasta ahora en Vietnam. Sus extensas llanuras salpicadas de multitud de palmeras individuales, que no solitarias, se pierden a lo lejos hasta alterar la rectitud de la linea del horizonte. Son tierras que permanecen medio inundadas y ni que decir tiene que en ellas se cultiva el arroz. Es un pais con menos infraestructuras, de menor desarrollo que Vietnam. Las guerras y las luchas por el poder, sobre las que la historia proyecta las alargadas sombras de China, Francia y Estados Unidos, le han clavado las garras aún mas adentro a esta tierra. Camboria es asiento de la etnia khmer que en otro tiempo domino el sureste asiatico. En este pais, resto de un antiguo imperio del que hoy se protegen y reconstruyen piedra por piedra sus vestigios ancestrales, se dan la mano, de manera casi obscena, la opulencia y la miseria. Esa es para mi una primera sensacion tomada de manera superficial y rapida, pues solo he estado alli unos dias. Pero desde el momento de desembarcar en Pnhom Pehn, las primeras percepciones son diferentes que en Saigon, por poner el ejemplo mas proximo. Esta es una ciudad mas sucia, en la que tambien los contrastes son mayores. Los extremos que se acercan hasta tocarse, compartiendo el centro de esta ciudad, son mas extremos. Con un ajetreo bastante menor que el la capital economica del pais vecino, pero tambien intenso, se ve gente que duerme y vive en la calle y las condiciones no son exactamente lo que yo llamaria buenas. Asi que tanto el aspecto como el aroma son diferentes, que diria un diplomatico. Por las calles deambulan mutilados pidiendo, testimonio aún doloroso de la siembra indiscriminada de minas pero, sobre todo, en la primera linea de la lucha por el dolar diario estan los niños. Muchos niños. El extranjero es constantemente abordado por criaturas que pretenden venderle guias del pais, souvenirs o dvd's sobre Pol Pot y sus crimenes, por ejemplo. Tampoco es lo mayoritario, ni mucho menos. Como quiza en buena parte del mundo, entre los extremos hay toda una clase media que funciona, trabaja, presta servicios, cobra o paga sueldos y sobre la que se asienta todo un pais. Esa es la realidad mas objetiva. No quiero convertir esta descripcion en un apasionado paseo por el morboso museo de los horrores que podria encontrarse en Camboria a poco que se escarbara. No es mi intencion. Tras años de guerras, quiza el flujo turisitco constante sea el primer balsamo que recibe este pueblo para paliar el horror. Pero frente a la miseria, en medio de la pobreza, junto a los ninhos que trabajan desde temparana edad, se puede ver a otra parte de la sociedad que recorre los atascos sin sonrojo en todoterrenos de los que pondrían los dientes largos a muchos occidentales, o jovenes que lucen orgullosos sus telefonos moviles mientras no parece que tengan para lavarse la ropa. De todas formas, tomar cualquiera de esos detalles como simbolo de opulencia resulta irrisorio cuando se contempla el Palacio Real de la capital. El concepto puede que en el fondo sea el mismo, pero hay maneras y maneras. Lo de ese palacio, habitado, ya que los Camborios tienen Monarquia Constitucional (como nusotros los payos) es pura y llanamente y nunca mejor dicho puro lujo asiatico. Lo que se muestra no son dependencias palaciegas en si, si no una serie de templos, de pagodas y jardines existentes dentro del mismo recinto, con un estilo unico que llama la atencion poderosamente desde el exterior, dominado por cupulas doradas espectaculares. Entre ellas destaca la llamada pagoda de plata, que realmente tiene el suelo recubierto por 5000 placas de plata. La preside el Buda Esmeralda, tallado en cristal de Baccara y a un lado se puede ver otra figura de buda a tamaño natural, hecha de oro y con incrustaciones de diamantes. Tambien es curioso que esto me llame tanto la atencion, teniendo en cuenta de donde vengo y las exhibiciones a que nuestra Santa Iglesia Catolica nos tiene acostumbrados. En cualquier iglesia de medio pelo se encuentran mas riquezas que las que se pueden ver en los templos asiaticos. Seguramente es que he visto ya unos cuantos templos budistas e hinduistas y no habia visto ornamentacion mas que labrada en la piedra. Entre palacios, pagodas y jardines, los muros de palacio encierran un apacible mundo irreal. Fuera, en la calle, con un calor que a las doce de la manhana lo funde todo, el olor de la basura se hace mas presente y hay que buscar refugio rapido por ambos motivos y porque es la hora comer. Con el estomago vacio, la mente todavia bloqueada por los contrastes vistos y muerto de calor, me siento en una terraza cercana al mismo rio en cuya agua chocolatosa se bañan unas cuantas personas utilizando jabon.
Estoy en una de esas terrazas de la popular ribera del rio Tonle Sap, que se funde en el Mekong justo en Pnhom Pehn, y que recuerdan de lejos el ambiente colonial, con sus ventiladores y sus grandes asientos tipo sofa. De nuevo los ninhos toman la zona con sus ofertas para turistas. Una ninha se acerca hasta mi mesa y tras comprobar que no me interesa lo que vende se queda alli, callada durante un rato. Despues se deja llevar, se suelta y se pone a jugar con una piramide de carton publicitaria que hay sobre la mesa. Entonces la vendedora se convierte en niña y el anuncio en juguete y yo vuelvo a disfrutar de otro momento inolvidable. La invito a una coca cola y despues le doy unos boligrafos y me lo devuelve con una sonrisa que me resulta mas sincera y simpatica que si le hubiera comprado un dvd. Seguramente lo que yo le he dado va a ser verdaderamente para ella.
Pero el proposito de mi entrada en el pais de los camborios era visitar Angkor. De camino hacia alli, en una de las paradas de un viaje de cinco horas por carretera, me ofrecen una deliciosa bandeja de arañas caramelizadas formato tarantula. No, gracias. Me estoy quitando del dulce. Afortunadamente!
Angkor fue la capital de un imperio de influencia india, el khmer, que como ya he dicho domino el sudeste asiatico desde principios de nuestra era y hasta el siglo XV. Durante ese periodo reinaron diferentes dinastias de reyes que dedicaron grandes recursos humanos, artisticos y economicos a homenajearse a si mismos elevando a sus antepasados a la categoria de dioses y despues construyendoles a esos dioses moradas en la tierra , que a la vez les sirvieran a ellos de mausoleo. Habil, no?. Angkor fue la ciudad sagrada de ese imperio. A la caida del imperio khmer la ciudad se supone que fue abandonada, pero no se sabe exactamente cuando. La selva se adueñó de aquel tesoro, engullendolo, hasta que en los años cincuenta, un frances que andaba cazando mariposas (...? No se que haria un frances cazando mariposas por aquella selva. Igual no buscaba mariposas) descubrio por casualidad Angkor Wat, el templo principal. (Contado asi suenqa de coña, pero es lo que he leido). Hoy esas construcciones, esos templos, son considerados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Una extension de quince o veinte kilometros cuadrados en los que hay docenas de templos que se pueden visitar a cual mas impresionante, con algunos de los mejores mas alejados aun.
Os he contado a vuela pluma lo que es Angkor. Si alguien intenta contaros como es no lo permitais. Seria una perdida de tiempo y ademas merece la pena descubrirlo por uno mismo. Minimo tres dias. Eso si, resulta un poquito cansado. Hasta pronto.

9/03/2006

VIETNAM (III). El Delta del Mekong.

Desde que salimos de Saigon, hace tres dias, no he dejado de ver casas. No hay una sola zona despoblada entre ciudad y ciudad. La maxima separacion entre dos casas es la que marca cada arrozal. El aprovechamiento del espacio es el maximo posible, es total. Cerca de dieciocho millones de personas en un area de unos cuarentamil kilometros cuadrados. Es el delta del Mekong.
Hace tiempo, un par de semanas ya o quiza mas, que se me viene conformando la idea de que el mundo es un puro mercado y poco mas. Y a medida que los dias pasan y voy viendo sitios y cosas, y me muevo, y entro y salgo de ciudades y paises, esa idea va consolidandose.
Tuve oportunidad de descubrir el centro de Santiago de Chile, agujereado como un queso gruyere por galerias de sabor antiguo a las que pretenden disputar el partido en casa unos centro comerciales con aire novedoso pero que bien poco tienen que decirnos a los que ya sabemos de su sistema de franquicias exclusivas y de su voracidad. Siempre las mismas marcas, siempre los mismos articulos. Se extienden por Santiago y otras ciudades del pais andino como una plaga ante la que el pequenho comercio se las tiene que ver cara a cara y dia a dia. Igual que en Espanha, nada nuevo.
Me di una vuelta por el shopping pijito y moderno de Auclkand, este si, de tiendas muy individuales, muy selectivas, muy originales, muy coquetas..., pase entre ellas como sin hacerles mucho caso, pero sin poder dejar de mirar de reojo. He renegado del Bali tomado al asalto por marcas de moda surfera o de pasarela milanesa (todos tienen que bajar a la calle, al final) y en pleno discurso anticomercial me he caido de bruces con todo el armamento en los alrdedores de Ubud y su genial manufactura artistica.
En Hong Kong se vende Asia por acciones y los rascacielos tiran hacia arriba para intentar adivinar mas lejos en el horizonte los futuros que comprar y vender, lo que todavia no se ha empezado a fabricar. En Saigon las mismas marcas occidentales que viven de vender glamour y lujo tratan de ir haciendose hueco en las principales avenidas del centro, preparandose en la recta de salida para cuando su producto se pueda vender tambien en Vietnam. Si no se vende ya es por falta de dinero, que conste. Nada de ideologias.
En todas esas ciudades, ademas, he pasado por diferentes mercados de alimentos, mercados de ropa, mercados cotidianos donde la poblacion se abastece de lo primordial. Me sedujo la belleza del de Santiago de Chile, por su marquesina Eiffel y su aire de otro siglo, pero ninguno me ha gustado mas que el de Saigon. No he visto ninguno de aspecto mas limpio y ordenado. Si acaso el de la Boqueria de Barcelona, salvando las distancias, claro, que son muchas.
Pero para disfrutar, nada similar al mercado flotante de Cai Be, en el Mekong. Es un mercado al que cada vendedor y comprador accede en su barca, en lanchas, en barcazas. Grandes y pequenhas embarcaciones, unos a motor, otros remando de pie, lentamente, apoyados sobre dos largos remos que se cruzan como un aspa a la altura del pecho... Es un mercado situado dentro de una ciudad, pero que transcurre flotando en medio del cauce de uno de los brazos en los que se divide el Mekong para formar su inabarcable delta. Uno de los nueve dragones, "Cuu Long", como se les conoce aqui, en los que el rio de la vida se abre como un abanico gigante para repartir su riqueza de manera mas equitativa. Cada barca anuncia su producto colgando una muestra en lo alto de una larga vara y los interesados se van moviendo de un lugar a otro. Queda libre la margen derecha del rio, por la que circulan las lanchas rapidas que se dirigen a la frontera con Camboya y el resto del trafico que no tiene intencion de comerciar. Es algo realmente pintoresco y curioso de ver.
El Mekong se abre en ese abanico de nueve brazos, nueve rios que cada uno por si solo serviria para abastecer a nueve grandes ciudades y la vida se reparte por esos nueve brazos y por los mas de dos mil canales que se crean en torno a ellos. Las inundaciones del monzon dan vida a inmensas comarcas de fruta tropical y sobre todo de arrozales. Agua y arroz. Vida. Vida que transcurre en torno al rio y dependiendo de el pero tambien, en gran medida, dentro del propio rio. Hay mucha gente que vive en el rio. Personas que se alojan en casas flotantes, sustentadas como palafitos, en volandas, sobre pilotes de madera hundidos en el fango, para poder salvar las deseadas crecidas del Mekong. Vietnam produce unos veinte millones de toneladas de arroz anuales, de las que una parte importante se exportan y otra sirven para quitar el hambre en el propio pais. El cuarenta por ciento aproximadamente sale del delta del Mekong. Hay mucha gente que no tiene casa, tiene barco. Y no hablo de los cantamanhanas de Puerto Portals, como podeis imaginar. Los de aqui tienen verdadero estilo. Gente que vive transportando por el rio materias, gente que vive de la pesca, de dar servicio a otros barcos, de reparar embarcaciones, de repartir provisiones. Gente que se levanta por la manhana y se lava en el rio, bebe del rio, cocina con el agua del rio, que vive en el, dentro, junto, sobre el. El rio Mekong da la vida con su caudal de 400km cubicos que cada anho acaba virtiendo al mar.
La gente aqui es diferente que en Saigon. Tienen un aire mas relajado y quiza tambien mas inocente. Un turista aqui es siempre una atraccion. En los angostos canales los ninhos salen de las casas correteando a saludar cuando oyen las motoretas zumbonas de las lanchas de turistas. Salen corriendo con las manos abiertas y gritando: Jaloooo!. En las ciudades tambien saludan y si los pillas con la guardia baja, ves en sus caras que te estan observando con detalle. Aqui la atraccion somos los occidentales y para que quieres mas si encima te pones a hacerles fotos. En un mercado de tierra (aqui hay que diferenciar) un grupo de mujeres me rodea. La mas resuelta, una de las que siempre le echa mas jeta, me pregunta si no estoy casado al ver que no llevo el preceptivo anillo. En cuanto digo que no me propone a un par de candidatas que salen corriendo entre risas y sonrojadas. El mundo es un mercado, desde luego que si. Y poco mas.
Remontar el Mekong en direccion a Camboya tien el inevitable poder evocador de recordarme la pelicula Apocalipsis Now, una de mis favoritas, y mas en la version "Redux". Hay diferencias, desde luego, y muy grandes. El Mekong, el verdadero Mekong, tiene en algunos tramos cerca de cuatro kilometros de ancho y no era ese el aspecto del rio filipino que reflejo Coppola en el celuloide. Nada que ver. Pero ahora no me apetece hoy hablar de la guerra de Vietnam. Todo llegara. Voy camino de "Angkor Wat", la capital del que fuera glorioso imperio Khmer. Ya os contare.

8/31/2006

VIETNAM (II). Fluir


A veces tengo la sensacion de ser un enfermizo temerario. Las mas, creo que no tampoco lo soy tanto, lo que pasa es que me atrae experimentar. Bastante (jeje).Mientras pienso esto las motos me rodean. El espacio se angosta, el aire se vicia. Se entiende perfectamente lo de las mascarillas. No quedan centimetros que cubrir.
Miro a las caras de mi alrededor. Miradas timidas, huidizas, que se mantienen fijas por poco tiempo. Asi son los saigoneses. Mas retraidas, mas sutiles aun las mujeres. Hay un gesto en ell@s que no es natural, no es inmediato, espontaneo: la sonrisa. Si un saigones que no te conoce de nada te esta sonriendo es que te quiere vender algo. Una sonrisa aqui es mas bien un regalo preciado que solo se otroga en confianza, en un circulo que requiere de una cierta intimidad, al menos una familiaridad. Los saigoneses sonrien si saben a quien lo hacen, si saben o intuyen que ese alguien se lo merece, no la primera vez. No pretenden agradar con faciilidad. Hay que ganarselo. Puede que sea un rastro que haya quedado en la conciencia colectiva del pueblo vietnamita despues de haber sido invadido sistematicamente por potencias mundiales como China, Japon, Francia y Estados Unidos. Y tras haberlos hecho fracasar a todos, claro.
A pesar de que el semaforo esta en rojo las motos van saltandoselo, unas aqui otras alla. Aqui se conduce asi. Todo el mundo juega con esas claves, todo el mundo lo sabe, asi que los del otro lado sortean la presencia de los intrusos y nadie se mosquea ni lo mas minimo. Eso si, todos pitan y pitan, como si de verdad hubiera bronca, pero nadie hace caso, asi que...
Visto desde fuera es la locura del milenio, en la que incluso morir atropellado es una opcion a tener muy en cuenta cuando se va a cruzar una avenida. Puede ser. Puede ser porque el peaton es el ultimo ser de la creacion. Visto desde dentro, desde el caudal de trafico, es un fluir diferente. Un curioso fluir. Se abre el semaforo y el tropel caotico avanza a la vez que suena otra vez la sinfonia del claxon. Resulta toda una experiencia para alguien que cree en las normas y su necesidad de que existan (para poder saltarselas, desde luego, pero esa es otra historia), vivir desde dentro como se organiza por si mismo el caos. Aqui te puedes saltar la doble raya continua, el semaforo, avanzar en contra direccion, dar la vuelta en 180 grados en mitad de una avenida y no pasa nada. Es mas, parece lo normal. Aun mas: si en algun momento no recurres a cualquiera de esas tropelias, no podras llegar a tu destino o volver a tu lugar de origen. Cuando haces una de esas maniobras es cuando el personal presta mas atencion para esquivarte y deja de pitar. Y todo fluye. Se va y se viene a una velocidad media mas bien baja (me rio yo, siendo de Madrid) pero sin parar (por no parar no paran ni en los semaforos).
Ahora tengo los datos de una realidad que a simple vista impresiona al turista. En Saigon viven ocho millones de personas y corren por sus calles TRES MILLONES de motos, ni mas ni menos. Creo entrever la mirada ironica del tio Ho, en el anverso de los billetes, al pagar en la gasolinera. Pa lo que hemos quedao, pensara.
Hace su aparicion la lluvia. Suave al principio, torrencial despues. Tanto, que me tengo que parar a dos manzanas del hotel, a donde me dirijo para coger una capa de lluvia, oliendome lo que se avecina. No me da tiempo. No se ve, imposible circular. El agua cae caliente. En cuanto la lluvia tropical aminora su cadencia se puede volver a circular y comienzo a sentir cierto frescor al recorrer empapado la ciudad. La experiencia es personal e intransferible. Es otro de esos momentos en los que se a quien me gustaria tener aqui, por compartir, mas que nada. Momento unico, para recordar. Con la capa se cubre lo imprescindible: la mochila. Lo de mas se empapa de arriba a abajo. Cuanto mas escasa y ligera sea la ropa que lleves, mejor. Antes se seca. Asi que empapado y en moto recorro la ciudad. Me paso por el edificio de correos. Bellisimo edificio colonial, con marquesina disenhada por Eiffel. Cuidadisimo, limpisimo, bello, antiguo, frances, inmaculado. Y tambien presidido por un enorme retrato del tio Ho. Sin guinhos esta vez, que esta de mision oficial.
Hay un punto de desconfianza tambien en los saigoneses. Uno que es desconfiado y ademas esta de viaje, detecta esas cosas al primer atisbo. En ningun otro lugar, en ningun otro pais, en ninguna otra ciudad me han dicho que la firma del pasaporte no se parece a la de un cheque traveller y se han negado a cambiarmelo. Cuando he pedido hablar con el director de la sucursal casi todos los empleados han girado sobresaltados medio grado su cabeza e incluso creo que a alguna se le ha arqueado levemente una ceja. En ningun otro pais, en ninguna otra ciudad he encontrado tanta gente que quiera retener mi pasaporte. En el hotel, por ejemplo. Incluso se lo quieren quedar los que alquilan las motos, como prenda mientras la moto este en mi poder. Uno se niega a alquilarmela con el contrato ya hecho si no le entrego el pasaporte. Al final llego con otro al acuerdo surrealista de dejarle mi carnet de conducir. Chupate esa! Lo que esta claro es que aqui nadie me lo va a pedir. Con todo, los saigoneses no son gente que no sea amable y agradable. Todo lo contrario. Los son y mucho. Pero hay que ganarselos.
En moto y bajo la lluvia llego al Museo de Vietnam. Dice la actual historia oficial de Vietnam que toda ella es la de un pueblo que ha buscado desde hace milenios su identidad, su unidad y su independencia. Una forma sutil de redondear que lleva inevitablemente hasta el regimen actual.
Termino la excursion en medio de una tormenta impresionante, viendo en el mismo museo... Unas marionetas sobre agua!!! A ellas, a las marionetas, les dara igual que este jarreando, pero es que la musica no se oye. En fin. Un dia que no se me va a olvidar.

8/30/2006

VIETNAM (I).Saigon


Quiza haya sido una suerte llegar desde Hong Kong a la vieja Saigon, hoy denominada Ho Chi Mihn por el regimen comunista, en homenaje a aquel que lo fundo y que los llevo al poder. Quiza sea asi, porque resulta que todo parece mas suave y llevadero, incluso mas manejable viendolo desde la experiencia previa de ese paso veloz por la quintaesencia del capitalismo, con todas sus posibilidades. Observando algunas cosas de Saigon pienso que quiza yo no haya sido muy justo en mis valoraciones sobre Hong Kong. Siempre andamos criticando lo que tenemos en el mundo occidental y muchas veces no nos damos cuenta del valor que tienen ciertas cosas hasta que no las echamos de menos. Aquella ciudad tiene algunas cosas que son admirables, tambien. Tiene un servicio de transportes publicos, por ejemplo, muy eficaz y moderno. Muy bueno y bien pensado. Es una ciudad donde los servicios al cliente son rapidos y eficaces. Es una Madrid, es una Barcelona. Es, mas que nada, una Nueva York escrita en chino, enclavada en el corazon de Asia para tratar de hacer girar todo el continente en torno a si misma. Saigon algun dia tambien sera algo parecido. Va por el mismo camino y de manera decidida. Esta ciudad tiene claro lo que quiere ser de mayor. Esa es su vocacion. Es ya la capital economica de Vietnam y cuando llegue su momento, que llegara, le hara la competencia a otras como Hong Kong o Bangkok. Crecera y se desbordara y la pastaza lo movera todo. Mas que ahora, que ya lo hace, mucho mas. Con todo, no es una ciudad desagradable. Le queda el regusto colonial frances y en la medida en que Saigon reviva de nuestros vecinos del norte su consanguineidad, el pelaje le lucira mucho mejor que a Hong Kong. Saigon mantiene vivas todavia algunas reminiscencias de ese pasado. Es como si le hubiera quedado un tatuaje del que son evidencia algunos edificios, algunas calles, algunos barrios que ni siquiera el paso en tropel del septimo de caballeria durante las decadas de los sesenta y setenta han podido borrar.
Ho Chi Mihn, Saigon, es una ciudad tambien estresante, aunque dista un milenio de lo que representa la occidentalizacion extrema. Pero no hay mas que ver el trafico de sus calles para comprenderlo. Lo mejor es quedarse parado y observar. Si te quedas quieto en un sitio, fijo en un lugar, la foto no tarda ni un minuto en aparecer frente a ti. Algo pasa, algo rompe con la logica. Una mujer de edad incalculable, cargada con una balanza de bambu de la que cuelgan dos pesadas cestas y tocada con el tradicional sombrero en forma de cono, cruza entre un rio de motos una avenida caotica sin mirar a los lados, solo al frente. Como si cruzara un rio infestado de cocodrilos sin querer mirar ni parar de nadar un segundo. Y consigue llegar viva al otro lado!. Un niño chapotea feliz en calzoncillos en la calle bajo una lluvia tropical torrencial. No es posible la rutina en una ciudad vibrante y rodante como es esta. Millones de motos circulan en tropel hacia, de, desde, por, para... todas partes. Aqui mucha gente circula en motos con mascarillas en la cara, y ademas algunas mujeres se cubren tambien los brazos. Esto ultimo no hay que atribuirselo a la contaminacion si no al deseo de mostrar una piel cuanto mas blanca mejor, simbolismo muy apreciado en estas tierras. En fin. El trafico rodado aqui supera con creces lo de Indonesia. Esto es el sindios definitivo. En Indonesia parecian saltarse todas las normas de trafico. Aqui, directamente, se conduce sin normas. Todo vale y se toca el claxon en defensa propia. Todos pitan, permanentemente. Hacen sonar el claxon ante la duda, ante la amenaza, para hacerse hueco, para decir que estan ahi, para presionar, para ir, para venir, por si acaso. Eso, al cabo de un rato de caminar por la ciudad, estresa, lo quieras o no. Y si no, trata de cruzar tu una calle. O si realmente tienes pasion aventurera, una avenida. Cuando llegues al otro lado hablamos, vale?
Saigon es una ciudad de vocacion negociante y comercial y eso ha estado claro desde sus origenes. Incluso el regimen comunista de Hanoi ha sabido entenderlo y ahora se deja llevar a remolque del dinerito contante y sonante que se le viene a las manos. Para los que la hayan conocido hace tiempo, dire que ya se esta produciendo, y avanza con fuerza, la tan temida invasion economica. La cultural ya veremos, que por aqui se han dejado el pellejo todas la potencias mundiales que en el mundo son. Pero menudean los centros comerciales, abunda la publicidad y las tiendas que venden electronica. Curiosamente, por cierto, se venden equipos hi-fi, dvd y pantallas de plasma, pero no ordenadores. En cualquier caso, esta claro el mensaje: Saigon ya no es lo que era ni lo volvera a ser. Saigon pisa el acelerador y ademas lo hace a fondo. Tirando del resto del pais. Esto parece cualquier cosa menos un pais comunista.
Es curioso. Van quedando pocos "ciclos", los peculiares carrotaxis inventados en Francia para uso en las colonias. Es un carro en el que caben sentadas dos personas no muy ampliamente, adosado a media bicicleta sobre la que un pedalero profesional empuja lenta y cadenciosamente. Se ha convertido ya en un objeto de referencia para los turistas. Incluso tienen su acceso prohibido a determinados lugares del centro. Y son, ademas, el ariete de los engañabobos. O sea, una reliquia para llamar la atencion y timar turistas.
Saigon. Una ciudad vibrante y llamativa, atractiva, dinamica. Con un pasado y futuro impresionantes. Y que tengo que reconocer que me gusta mucho. Y se que es casi lo peor de Vietnam. Seguimos en contacto.

8/29/2006

HONG KONG (II)


La vuelta hacia el hotel vuelve a ser una sudada de campeonato, pero tengo oportunidad de ver esas mismas calles que descubri por la tarde, ahora si, iluminadas. El espectaculo es ahora diferente, mucho mas Blade Runner, si cabe. Ridley Scott, ya lo tengo claro, no "se inspiro" en Hong Kong. Directamente fusilo el ambiente real, actual, de esta ciudad en cualquier noche lluviosa de monzones y ubico en ella su historia futurista. Añadiendole coches de policia voladores y tal, pero poco mas. El ambiente resulta opresivo en cuanto te alejas de la leve brisa tórrida que ventila ligeramente la zona de los muelles. Durante un rato, entre la vision de la Skyline y su espectaculo me he olvidado de lo que habia dejado atras. Ahora vuelvo a patear esas mismas calles de vuelta y de noche y alucino mas. Los letreros luminosos, ya encendidos, producen una sensacion de bombardeo, de intensificada presion. Es como si le hubieran puesto una tapadera a la olla que es la ciudad en si. Como si dijeran: "Te vemos desde arriba, te estamos vigilando y no vas a salir de aqui hasta que no entregues la esencia y el alma de esa miserable tarjeta de credito que escondes, mamón".
La verdad es que es una especie de mundo irreal, al que la refulgente y gaseosa iluminacion nocturna tambien le da un aire original, como de comic. Alguna videopantalla gigante tiene audio y el mensaje se suma al ruido de los coches y autobuses. Con esa imagen en la cabeza y el reflejo de los luminosos y neones colandose por las rendijas de la persiana de la habitacion, me voy a dormir.
Siete de la manhana: Treinta grados y esta lloviendo. Es una lluvia que empapa, aunque todavia no es torrencial, pero desde luego no refresca. Es el tipico ambiente tropical. Denso, espeso, pero sobre una selva urbana. En la calle, me cruzo con la gente de camino al metro. Gente mayor, gente con aire cansado y gris, como el dia y cara de escasa felicidad.
La ciudad comienza a moverse y no tarda en coger ritmo. Me dirijo, ahora si a la isla, al centro, con la intención de solicitar la visa para Vietnam. Cuando salgo del metro me encuentro, en una cancha de baloncesto sitiada por torres gigantes de espejuelo y viejos edificios en descomposicion, a un grupo de abueletes practicando Tai - Chi. Es el primer detalle humano y simpatico que me gusta de este submundo urbano catastrofico-futurista. Poco despues me meto en un mercado de alimentos de los de callejon estrecho y oscuro. Hace falta luz artificial para ver el genero, que por otra parte no esta nada mal. Pescado y marisco dando saltos en las cajas y fruta de aspecto inmejorable. Los tranvias que circulan por toda la zona central de la isla son antiquisimos, magnificos. De dos pisos, como los autobuses. Ventanillas sin cristales o que solo cubren hasta la mitad. Rompen con todo, alteran la estetica de la urbe que huye de si misma hacia la modernidad. Algo de eso hace que me reconcilie de alguna manera con esta ciudad que ya me resulta un tanto atroz.
Despues de pasar por el consulado Viet, me acerco caminado hacia el distrito Central. Me recuerda inevitablemente a Manhattan. El trafico se desarrolla pesada y acompasadamente, como si fuera el flujo sanguineo de un viejo reptil gigante a la hora de la digestion, mientras una lluvia copiosa y caliente lo riega todo. Coches y autobuses que se desenvuelven como pueden entre edificios de alturas desafiantes que se devuelven mutuamente su imagen arrogante y estilizada, con absoluta frialdad. Todos miran hacia arriba, como queriendo llegar todavia mucho mas alto, mientras a sus pies se levantan impresionantes andamios de bambu, simbolo tambien de un sistema de construccion mas tradicional, basado en la madera, en lo autoctono. Aluminio, acero y cristal. Juegos arquitectonicos, escasa imginacion. Alguno de ellos resulta interesante para fotografiarlo, pero tampoco todos. A nivel de calle, entre las gotas de agua alcanzo a ver de vez en cuando los rostros de los tipos que circulan en lustrosos y flamantes Mercedes o Jaguar, algunos de ellos con chofer. Veo las caras del poder, aires de exhibición de la prepotencia que da el dinero, en gente de aspecto asiatico, cosa no muy comun, o que al menos yo no estoy muy acostumbrado a ver. Resultan un tanto agresivos, desafiantes, exhultantes..., casi mas que los occidentales a los que emulan. Tienen el mismo aspecto de los malos de las peliculas malas de malos de Hong Kong.
Decido irme cuanto antes, ya esta bien. Creo que no se me ha perdido mucho mas en este lugar. Todo me resulta artificial. No digo que no sea espectacular, que lo es, pero me resulta artificial y ademas carisimo. Viniendo de un sitio como Bali y dirigiendome a otro como Vietnam, mucho mas. Resulta imposible conseguir una habitacion con banho, decente, en un hotel por menos de ochenta euros. Hablando de hoteles, quiero contar que al primero que me dirigi, fue uno llamado TATAMI HAMPTON, que se ofrece a buen precio por internet. Resulta ser un fiasco impresentable. Aviso para navegantes. De entrada, si no se reserva por internet el precio sube bastante y ademas ofrece unas condiciones que no serian de recibo ni regalando la estancia. Me alegro de no haberlo hecho. Primera medida preventiva. Me largue de alli volando. En fin. Como ademas me entregan el visado esa misma tarde, cambio el vuelo para largarme a la manhana siguiente. No hay mas Hong Kong. Veremos a ver si a la vuelta, que tengo que volver a pasar por aqui, pierdo un dia mas en esta representacion del desvario occidental enclavado en el corazon economico de Asia. Seguimos en contacto.

HONG KONG (I)


Hong Kong. Una escala obligada para a enlazar hacia Vietnam y antes, gestionar el requerido visado. Y en el fondo algo de curiosidad, que es lo que mueve todo esto. Porque si no, no creo que estuviera haciendo este viaje.
Voy desde el aeropuerto a la ciudad en un autobus, recorriendo las diferentes islas que configuaran una bella y extensa bahia surcada por un rosario incesante de barcos mercantes. Muchos de ellos esperan turno fuera de los muelles, al abrigo de las diferentes islas. Cuando veo las terminales de carga portuarias no me lo puedo creer. La maranha de gruas y contenedores, de muelles y cargueros que descargan o cargan es inabarcable. Seria algo asi como la estacion de contenedores de RENFE que hay en Mendez Alvaro, pero multiplicada por mil. Puede que sea una superficie tan amplia como Leganes o Mostoles, o yo que se. Parece como si por aqui se movieran todas las mercancias del mundo.
Desde luego por Hong Kong se mueve de todo, como buen puerto franco al calorcito de la corna britanica, aunque ya este en manos chinas. Pero tutelado. Y sobre se mueve todo dinero. No se si todo el dinero del mundo, pero si una parte importante. Y tambien la politica, el poder, en fin. Voy pendiente del recorrido, para tratar de ubicarme cuando lleguemos a la zona urbana. De repente el autobus baja de unos puentes y una imagen toma mi mente: "Blade Runner". El comienzo de esa pelicula es exactamente lo que estoy viendo. Faltan la lluvia y la noche, pero todo llegara. Comienzo a tener cierta sensacion de agobio. La luz ha cambiado y los edificios han crecido como gigantes. Por encima de nosotros, del autobus de dos pisos, el cielo se cierra entre letreros luminosos que llegan hasta la mitad de la calle y solo se frenan ante el avance de los que invaden la otra mitad desde la acera de enfrente. Letreros luminosos escritos en chino salpicados por unos cuantos en ingles. Una vez en la calle la temperatura es insoportable. Treinta grados facilmente y una humedad del cien por cien. Se siente uno todavia mas infimo, mas deshubicado. Resulta desagradable caminar por esta ciudad con este ambiente. el delicado aroma de las alcantarillas se mezcla con el de la comida grasienta elaborada por los locales. Estoy en la peninsula de Kowloon, la zona continental. Todavia no he pisado literalmente la isla de Hong Kong. Me siento como en la Avenida de Oporto, en General Ricardos o en Delicias, pero multiplicadas por diez, o por veinte en tamanho, intensidad y colorido de negocios que ofrecen de todo en espacios sumamente reducidos y de manera apelotonada. Me recuerda mucho a esos barrios populares madrilenhos, a esas calles comerciales puras y duras, de pequenho comercio, donde la oferta de cada comeriante se tiene que defender a brazo partido contra la del de al lado y donde la braga cohabita con el dvd sin mayores problemas. En Barcelona seria el "Carrer de la Creu Coberta". Creo que se llama asi. Precios escritos sobre papel de colores acidos, pero aqui en caracteres chinos. El Paseo de las Delicias pero con tres carrilles en cada sentido y un trafico bastante apretadito. Todos los autobuses son de dos pisos y bastante modernos, pero si intentas preguntarle algo al conductor se deshara de ti diciendote que todo ira siendo explicado en el panel luminoso. Y es cierto. Rotulos en chino y en ingles alternativamente te ponen al dia momento a momento.
Esta es una ciudad de extremos, donde los servicios funcionan excelentemente. Rapida, pero implacablemente. Si no estas atento te llevan por delante. Nadie perdona. Por esta zona periferica, todavia con sabor a barriada, predominan los edificios de aspecto muy decadente. Es el Hong Kong viejo y sucio, el que no se ensenha al mundo. Edificios enormes con infinidad de viejos aparatos de aire acondicionado asomando al exterior de las ventanas, que gotean a la calle de manera permanente y hacen pensar al viandante que esta lloviendo. Entre ellos una serie de callejones inmundos por los que, aunque no se pueda creer, hay vida. Hay gente que entra y sale de esos callejones, Hay gente que vende cosas y creo que hasta viven en esos antros negros y humedos. Digo que es una ciudad de extremos porque mas abajo, la cosa empieza a transformarse y se convierte poco a poco en un remedo de Manhattan. Los edificios nuevos van devorando a los viejos sin compasion. Son igual de horripilantes, pero mas altos. Mucho mas altos y recubiertos de un cristal reflectante que devuelve la imagen de lo que les rodea antes de dejar entrever lo de dentro. Una imagen muy humana, aunque no lo creas.
Aqui nadie sale al asalto del turista, como en Bali para ofrecerte Taxi, transport, shopping, women..., al menos eso deja un cierto margen para el respiro. Hasta que llegas a esa zona proxima a los muelles y empiezan a surgir como hongos las tiendas de electronica y joyerias, claro.
Recorro andando la ciudad en direccion sur, buscando el Down Town, la isla de Hong Kong. Sudando. No es una ciudad para patearla, desde luego. Al cabo de una hora siento que me flojean las fuerzas y tengo sed. Tengo la necesidad imperiosa de beber agua. Me bebo casi un litro en cuanto encuentro un seven eleven. Aire contaminado, contaminacion acustica, contaminacion visual. Fuerte, si.
Poco a poco voy llegando a la zona de los muelles portuarios, donde atracan los ferris que van y vienen de China o los grandes cruceros turisticos. Entre grandes centros comerciales que albergan los primeros hoteles de lujo y terminales ferry-viarias se mueve un enjambre humano, mezcla de turista occidental y asiatico. Hay familias chinas que han viajado hasta aqui para ensenharle al abuelo esa vista topica de las grandes capitales ocidentales antes de que el pobre anciano se retire. Aparece delante de mi la denominada Skyline sin mas luz, todavia, que la natural del dia que ya huye. Es algo asi como un mirame y no me toques. Es la hipercapital del dinero alzandose con todo su poderio sobre una bahia en la que el trafico maritimo es constante. Poco a poco se va haciendo de noche y comienza el espectaculo. Se quedan las luces de algunas oficinas encendidas en los desafiantes rascacielos que tengo enfrente. Se iluminan los primeros rotulos de las multinacionales con derecho a lugar preferente en el escaparate. Se hace de noche y la Skyline brilla con todo su esplendor. Suena una musica espectacular y atronadora a mis espaldas y en frente, un espectaculo audiovisual con rayos laser y juegos de iluminacion coordinados entre los numerosos edificios del distrito central de la isla de Hong Kong, da comienzo. Resulta que se esta celebrando el "Hong Kong Shopping Festival" y los patronos nos invitan a gastar nuestro dinero exhibiendo ante nosotros sus poderes de esta manera espectacular. Me coloque cuando llegue por fuera de la valla de los muelles y ahora disfruto de un lugar privilegiado para hacer fotos. Detras de mi una multitud se agolpa y susurra ooooh!'s, en los momentos mas brillantes. Hong Kong, de momento no me gusta nada. Continuara.

8/26/2006

BALI (VI). FOTOS SUELTAS.




Aqui se cierra el periplo indonesio, que ha sido mas bien breve y deja al descubierto que hay mas que ver. En Bali y tambien en otras islas cercanas y por supuesto en las menos turisiticas, como Java o la propia Sumatra. Todo se andara. Tras la vueltecita por Bali y unos dias de descanso en las playas de Legian y Seminyak, me dirijo manhana a Hong Kong, para tramitar visado y volar hacia Vietnam que es mi proximo destino, realmente. Veremos a ver que saco en claro de esa capital internacional del comercio en esta parte del globo que es Hong Kong. Ya ire contando. De momento dejo unas cuantas instantaneas mas de Bali.

FOTOS SUELTAS:

Creo que no lo dije cuando hable de la conduccion, pero aqui se conduce por la izquierda, a estilo britanico. Por si faltaba algo. Con todo, lo que mas miedo me ha dado es ver como los locales viajan con ninhos a bordo de las motos. Uno o mas de uno, ademas de un par de adultos, pueden formar la tripulacion de una moto cualquiera que te cruces en cualquier carretera.

Para un peaton es igual de peligroso circular por la acera que por la calzada. La diferencia estriba en morir atropellado o caer al abismo por una alcantarilla cuya losa esta levantada o que los infinitos vados de altura descomunal acaben produciendote una tendinitis de caballo. Up to you.

Al atardecer, la playa kilometrica de Kuta-Legian-Seminyak, se llena de partidos simultaneos de futbol playero. Es todo un espectaculo, principalmente protagonizado por jugadores locales, aunque he visto algun derby contra italianos de lo mas interesante. Tambien hay figuras europeas que refuerzan las filas locales.

La television indonesia emite u resumen semanal de la "Premier League" inglesa y otro de "La Liga" (asi es como se la conoce internacionalmente) espanhola. El de la inglesa va a las nueve de la noche y el de la espanhola a las tres de la madrugada. Siempre ha habido clases. Eso si, quien mas quien menos, esta al dia sobre el traspaso o no de Ronaldo.

En todas las ciudades hay multitutud de pequenhos santuarios, incluso muchos dentro de las propias casas. En todos ellos y a la puerta de cualquier negocio se empieza el dia realizando unas ofrendas compuestas de un recipiente de hoja de palma en el que se depositan otras hojas y tallos, algo de comida como arroz o alguna pequenha galleta, unas barras de incicenso y puede que algo mas. Es como una especie de invocacion a la prosperidad y a que las cosas vayan bien durante el dia y tal. Lo realizan siempre las mujeres y nadie lo recoge, con lo que el suelo esta hecho un asco por las noches. En fin. Es de esperar que el dia haya sido o sea fructifero. Es lo que os deseo. Hasta pronto.

8/21/2006

BALI (V). Bali por dentro


El viaje hasta Lovina, una pequenha pero extendida localidad costera del norte de la isla, antigua colonia holandesa y zona que algunas guias anuncian como tranquila, no mereceria la pena si no fuera por el propio viaje. Por el recorrido en si.
El cebo de Lovina es su supuesta tranquilidad, sus playas de encanto y la ineludible excursion a ver delfines, que alli se realiza antes del amanecer. Habia leido, literalmente, que los delfines dan un espectaculo indescriptible ya que salen a esa hora a hacer la primera comida del dia. Asi que los delfines desayunan, que lo sepais (pescao, claro. puaggg!). Lo que realmente da un espectaculo indescriptible es la veintena larga de barcas de pescadores llenas de turistas que recorren una zona a un par de millas de la costa persiguiendo a DOS delfines. Y lo digo yo que debo ser uno de los pocos afortunados que tienen una foto que justificaria la excursion, porque alguno casi ni los ha visto. Valga esto de ejemplo de lo que puede ser Lovina. En cambio, el viaje de Amed hasta Lovina o Singaraya, por el interior de la isla si merece la pena. A mi, al menos, me lo ha merecido.
Tuve la suerte de disfrutar de una especie de carnaval en Amlapura. Es la ciudad mas importante de la costa este y es una de las pocas donde hay una importante presencia musulmana dentro de la hinduista Bali, que a su vez es unica por su especificidad religiosa dentro de Indonesia, que es pais musulman.
Poco antes de las doce y media el canto del muecin rasga el aire, a esa hora ya espeso y recalentado, llamando a los fieles la oracion. Pero el populacho, masivamente, busca ya sitio a la sombra de la numerosa arboleda que puebla las calles mas centricas. Dentro de un par de horas comenzara el desfile. Es una especie de cabalgata que reune a gente de diferentes agrupaciones disfraces y coloridas vestimentas, que desfilan por las calles principales mientras a su derecha el trafico sigue circulando lentamente, pues no ha sido cortado totalmente.
La ciudad entera parece estar en la calle (tanto que despues me las veo para intentar salir de alli) y el aire es completamente festivo. Luz, calor y color. A los balineses les gusta dejarse fotografiar. A todos, excepto a las mujeres mayores. Son gente hospitalaria y desenfadada. Les gusta reir. Amables, amigables y sonrientes. Claro que todo eso se puede extremar en las zonas mas turisticas y entonces puede llegar a resultar tan incordioso como son los los taxistas, oficiales o aficionados, de las zonas costeras que no dejan a nadie en paz. No es el caso de la gente que me encuentro en esta ocasion. Siendo ademas el unico turista que se ve hoy por alli, y con una camara de fotos en la mano, no es dificil convertirse en un tipo popular.
Al resto del viaje habria que anhadirle mas fotos, pero no todas de las que se hacen con la camara. Fotos, instantaneas de sensaciones, de vivencias subjetivas, de emociones, de pensamientos sueltos. De todo aquello que convierte a un viaje en una experiencia puramente personal e intransferible, por mucho que me empenhe yo en describir y tu en imaginar. Ya di una pincelada con lo del pollo y las velas. Pero al dia siguiente, siguiendo mi ruta, me encuentro con las celebraciones oficiales de la idependencia de Indonesia y las mil caras de ninhos y ninhas uniformados en un campo de futbol de Kintamani, esperando el comienzo de un acto oficial. Separados de ellos, como en un mundo aparte, las autoridades civiles y militares con un aire un tanto siniestro, para que negarlo. Son dirigentes locales, pero no puedo dejar de ver en ellos, en sus actitudes, en su aspecto, las caras de unos gobernantes que, por ejemplo, dicen no tener medios para avisar a la poblacion de la inminencia de un tsunami como el ultimo que asolo parte de la costa de Java, a pesar de haber recibido avisos de paises occidentales que detectaron el seismo. No tuvieron ningun escrupulo en dejar a la gene morir, asi de sencillo. Junto a esas caras, las del desenfado, la ilusion y la alegria de los chavales. La miseria tambien.
Mas abajo, continuando camino, todo se va diluyendo entre las fragancias a especias que inundan el ambiente y el espectaculo que me llena los ojos en los furtivas milisegundos en que puedo apartar la vista de una carretera en la que siempre pasa algo. Arroz y clavo.
Las laderas de las montanhas estan escalonadas en bancales surcados por una trama infinita de canales que los convierten en arrozales. Alli no ha llegado la maquinaria, sencillamente porque no es operativamente rentable. El cultivo lo hacen hombres y mujeres a mano desnuda y pie descalzo, y pasandose las horas metidos en el agua y el fango hasta la pantorrilla. Las vistas y el colorido son impresionantes.
Mas abajo, en la falda de la montanha, la carretera se inunda de olor a especias. Se venden y cultivan varias, pero predomina el olor a clavo. Lo dejan secar esparcido en lonas extendidas al lado mismo del asfalto, asi que esta bien a mano. Solo es cuestion de parar y dejarse llevar por el olfato. Y viajar... en un momento asi debe ser donde se encuentra la esencia del hecho de viajar. Esto es lo que me esta gustando de Bali. Llegar hasta Singaraya o Lovina puede merecer la pena para darse un chapuzon, o quedarse unos dias mas, es cosa de cada uno. Aquello esta lleno de gente que no piensa como yo.
Desde Singaraya se puede volver hacia la capital por otra carretera no menos interesante. Se pueden hacer un par de paradas en las cataratas de Git-Git y el monasterio de Pura Ulun Daun Bratan. Su peculiaridad consiste en estar construido sobre el agua. De la capital, Denpassar, nada que destacar. Quedara mas claro si digo que me acerque hasta alli buscando una oficina de cambio de moneda y no consegui encontrar ninguna. Eso si, es toda una capital con mas tafico infernal, ruido y bullicio que toda la isla junta. Me dirijo a Ubud. Lo mejor, de nuevo en el camino.
Ubud tambien es un centro turisitico importante. Una cita obligada. Pero, sin duda, es la ciudad que mas me ha gustado de Bali. Hay turistas, hay bullicio, hay agencias, hay miles de tiendas y un bosque habitado por monos, pero todo tiene un aire diferente. Es una ciudad vinculada al arte desde hace mucho tiempo y ha sido morada de artistas occidentales desde principios del siglo veinte, al menos. Pero en los alrededores, todos los caminos que conducen a Ubud, son un derroche de imaginacion. Todas esas carreteras estan plagadas de de tiendas y galerias que ofrecen cuadros y tallas de madera con trabajos, especialmente en el caso de las tallas de madera, absolutamente imposibles de creer. Muebles, ornamentos, decoracion de interior y de exterior, en fin... Paraiso de decoradoras aficionadas y de cualquiera con un minimo de sensibilidad. Ay, mis amigas penitentes peregrinadoras del Ikea!. Aqui ibais a morir de gusto.
Ubud es en si misma una exposicion, pero los caminos que llevan a Ubud, son para perderse y no volver mas. Recomendaria especialmente, al que este buscando muebles para su casa, darse una vuelta por un pueblecito proximo ya a Denpassar llamado Batubulan. Seguido de una visita al puerto, a ver lo que te cobran por un contenedor, claro.
Bueno, pues poco mas y nada menos. Ahora estoy en la costa sur, de nuevo, en Seminyak, en la prolongacion de la playa de Kuta. Algo mas tranquilo el ambiente. Tengo que reconocer que la playa es impresionante. Debe tener unos veinte kilometros, a simple vista. Pero ya se sabe que si es buena para los surferos, no es buena para banharse, asi que... Me parece que voy a buscar a alguien que me un masaje. Bueno, no hay ni que buscarlo. Vendran a ofrecerlo en cualquier momento. Y ese si que es otro de los verdaderos placeres que puede uno tomarse en las playas de esta pais. Y despues de tanto trajin, mas que necesario. Hasta pronto.