8/29/2006

HONG KONG (II)


La vuelta hacia el hotel vuelve a ser una sudada de campeonato, pero tengo oportunidad de ver esas mismas calles que descubri por la tarde, ahora si, iluminadas. El espectaculo es ahora diferente, mucho mas Blade Runner, si cabe. Ridley Scott, ya lo tengo claro, no "se inspiro" en Hong Kong. Directamente fusilo el ambiente real, actual, de esta ciudad en cualquier noche lluviosa de monzones y ubico en ella su historia futurista. Añadiendole coches de policia voladores y tal, pero poco mas. El ambiente resulta opresivo en cuanto te alejas de la leve brisa tórrida que ventila ligeramente la zona de los muelles. Durante un rato, entre la vision de la Skyline y su espectaculo me he olvidado de lo que habia dejado atras. Ahora vuelvo a patear esas mismas calles de vuelta y de noche y alucino mas. Los letreros luminosos, ya encendidos, producen una sensacion de bombardeo, de intensificada presion. Es como si le hubieran puesto una tapadera a la olla que es la ciudad en si. Como si dijeran: "Te vemos desde arriba, te estamos vigilando y no vas a salir de aqui hasta que no entregues la esencia y el alma de esa miserable tarjeta de credito que escondes, mamón".
La verdad es que es una especie de mundo irreal, al que la refulgente y gaseosa iluminacion nocturna tambien le da un aire original, como de comic. Alguna videopantalla gigante tiene audio y el mensaje se suma al ruido de los coches y autobuses. Con esa imagen en la cabeza y el reflejo de los luminosos y neones colandose por las rendijas de la persiana de la habitacion, me voy a dormir.
Siete de la manhana: Treinta grados y esta lloviendo. Es una lluvia que empapa, aunque todavia no es torrencial, pero desde luego no refresca. Es el tipico ambiente tropical. Denso, espeso, pero sobre una selva urbana. En la calle, me cruzo con la gente de camino al metro. Gente mayor, gente con aire cansado y gris, como el dia y cara de escasa felicidad.
La ciudad comienza a moverse y no tarda en coger ritmo. Me dirijo, ahora si a la isla, al centro, con la intención de solicitar la visa para Vietnam. Cuando salgo del metro me encuentro, en una cancha de baloncesto sitiada por torres gigantes de espejuelo y viejos edificios en descomposicion, a un grupo de abueletes practicando Tai - Chi. Es el primer detalle humano y simpatico que me gusta de este submundo urbano catastrofico-futurista. Poco despues me meto en un mercado de alimentos de los de callejon estrecho y oscuro. Hace falta luz artificial para ver el genero, que por otra parte no esta nada mal. Pescado y marisco dando saltos en las cajas y fruta de aspecto inmejorable. Los tranvias que circulan por toda la zona central de la isla son antiquisimos, magnificos. De dos pisos, como los autobuses. Ventanillas sin cristales o que solo cubren hasta la mitad. Rompen con todo, alteran la estetica de la urbe que huye de si misma hacia la modernidad. Algo de eso hace que me reconcilie de alguna manera con esta ciudad que ya me resulta un tanto atroz.
Despues de pasar por el consulado Viet, me acerco caminado hacia el distrito Central. Me recuerda inevitablemente a Manhattan. El trafico se desarrolla pesada y acompasadamente, como si fuera el flujo sanguineo de un viejo reptil gigante a la hora de la digestion, mientras una lluvia copiosa y caliente lo riega todo. Coches y autobuses que se desenvuelven como pueden entre edificios de alturas desafiantes que se devuelven mutuamente su imagen arrogante y estilizada, con absoluta frialdad. Todos miran hacia arriba, como queriendo llegar todavia mucho mas alto, mientras a sus pies se levantan impresionantes andamios de bambu, simbolo tambien de un sistema de construccion mas tradicional, basado en la madera, en lo autoctono. Aluminio, acero y cristal. Juegos arquitectonicos, escasa imginacion. Alguno de ellos resulta interesante para fotografiarlo, pero tampoco todos. A nivel de calle, entre las gotas de agua alcanzo a ver de vez en cuando los rostros de los tipos que circulan en lustrosos y flamantes Mercedes o Jaguar, algunos de ellos con chofer. Veo las caras del poder, aires de exhibición de la prepotencia que da el dinero, en gente de aspecto asiatico, cosa no muy comun, o que al menos yo no estoy muy acostumbrado a ver. Resultan un tanto agresivos, desafiantes, exhultantes..., casi mas que los occidentales a los que emulan. Tienen el mismo aspecto de los malos de las peliculas malas de malos de Hong Kong.
Decido irme cuanto antes, ya esta bien. Creo que no se me ha perdido mucho mas en este lugar. Todo me resulta artificial. No digo que no sea espectacular, que lo es, pero me resulta artificial y ademas carisimo. Viniendo de un sitio como Bali y dirigiendome a otro como Vietnam, mucho mas. Resulta imposible conseguir una habitacion con banho, decente, en un hotel por menos de ochenta euros. Hablando de hoteles, quiero contar que al primero que me dirigi, fue uno llamado TATAMI HAMPTON, que se ofrece a buen precio por internet. Resulta ser un fiasco impresentable. Aviso para navegantes. De entrada, si no se reserva por internet el precio sube bastante y ademas ofrece unas condiciones que no serian de recibo ni regalando la estancia. Me alegro de no haberlo hecho. Primera medida preventiva. Me largue de alli volando. En fin. Como ademas me entregan el visado esa misma tarde, cambio el vuelo para largarme a la manhana siguiente. No hay mas Hong Kong. Veremos a ver si a la vuelta, que tengo que volver a pasar por aqui, pierdo un dia mas en esta representacion del desvario occidental enclavado en el corazon economico de Asia. Seguimos en contacto.

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